Sigue estos sencillos pasos y mejorará tu calidad de vida año tras año.
1. Piensa en productos del campo. Incluye en tu dieta la mayor variedad de cereales, legumbres, verduras, frutas, frutos secos, semillas... Esto te asegura excelentes dosis de vitaminas, minerales, fitoquímicos, fibra... Intenta tomar 5 raciones de verdura y fruta al día (1 tomate es una ración, lo mismo que un bol de verdura o una manzana).
2. Bebe agua. Hazlo antes de sentir sed (para entonces ya estás algo deshidratado) y no menos de 6/8 vasos de agua al día.
3. Vigila la sal y la grasa saturada. Evita embutidos y carnes grasas, bollería y galletas con grasas hidrogenadas (mira la composición), los alimentos preparados y las conservas con mucha sal. No pongas salero en la mesa.
4. Controla las calorías. Lo conseguirás más fácilmente cambiando los platos densos en calorías (ricos en grasa, fécula, azúcares...) por verduras, ensaladas, fruta...
5. Considera la idea de tomar suplementos. Pregúntale a tu médico si necesitas suplementos de vitaminas o minerales (por ejemplo, de calcio), pero no los emplees jamás como sustitutos de la comida.
Amplía tu capacidad mental
«Empezamos a envejecer cuando dejamos de aprender», dice un proverbio japonés. La ciencia no deja de corroborarlo. Independientemente de la edad, un cerebro activo produce nuevas dendritas (conexiones entre las neuronas que permiten que éstas se comuniquen entre sí). Tener más dendritas supone almacenar y recuperar información más fácilmente. Incluso si tus neuronas están cubiertas por cabello blanco:
- Apúntate a cursos (idiomas, música, pintura, ajedrez, mus...).
- Lee el periódico todos los días, lee libros, lleva un diario.
- Mantente al día en tecnología. Aprende a manejar un ordenador y conéctate a Internet. Utiliza el correo electrónico.
- Apúntate a algún club, explora la vida cultural de tu Comunidad, acude a conciertos y al teatro.
- Enseña y comparte tus habilidades con otras personas.
Cultiva los lazos afectivos
Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard concluye que, para los mayores, los lazos afectivos –con familiares o amigos– son tan importantes como el ejercicio y la buena alimentación. Se sabe que mantener redes afectivas: a) Anima a buscar ayuda médica. b) Anima a adoptar comportamientos saludables, como dejar de fumar. c) Permite recibir expresiones directas de afecto, que aumentan la inmunidad. d) Supone tener ayuda cuando es necesaria (en labores caseras, transporte, préstamos...).
Márcate objetivos
Los objetivos nos dan razones por las que luchar y hacen que nuestra vida tenga significado y sea más excitante. «Es importante tener conciencia de lo que queremos conseguir en la vida y saber por qué estamos aquí», señala el Dr. Paul Takahashi, prestigioso especialista en Geriatría de la Clínica Mayo. «La gente que no se marca objetivos suele tener más problemas de salud, se encuentra más desplazada y se declara menos feliz». Takahashi sugiere hacer una «lista de prioridades», procurando que los objetivos potencien tanto lo corporal como lo mental y lo espiritual. «Las personas que se plantean objetivos se levantan por la mañana con mejor humor, y no acaban preguntándose: ¿Y qué he hecho yo en la vida?», explica este experto. «Además, esa actitud mejora las relaciones entre mayores y jóvenes y presenta a los mayores como individuos que siguen teniendo un papel activo en la sociedad».
1. Piensa en productos del campo. Incluye en tu dieta la mayor variedad de cereales, legumbres, verduras, frutas, frutos secos, semillas... Esto te asegura excelentes dosis de vitaminas, minerales, fitoquímicos, fibra... Intenta tomar 5 raciones de verdura y fruta al día (1 tomate es una ración, lo mismo que un bol de verdura o una manzana).
2. Bebe agua. Hazlo antes de sentir sed (para entonces ya estás algo deshidratado) y no menos de 6/8 vasos de agua al día.
3. Vigila la sal y la grasa saturada. Evita embutidos y carnes grasas, bollería y galletas con grasas hidrogenadas (mira la composición), los alimentos preparados y las conservas con mucha sal. No pongas salero en la mesa.
4. Controla las calorías. Lo conseguirás más fácilmente cambiando los platos densos en calorías (ricos en grasa, fécula, azúcares...) por verduras, ensaladas, fruta...
5. Considera la idea de tomar suplementos. Pregúntale a tu médico si necesitas suplementos de vitaminas o minerales (por ejemplo, de calcio), pero no los emplees jamás como sustitutos de la comida.
Amplía tu capacidad mental
«Empezamos a envejecer cuando dejamos de aprender», dice un proverbio japonés. La ciencia no deja de corroborarlo. Independientemente de la edad, un cerebro activo produce nuevas dendritas (conexiones entre las neuronas que permiten que éstas se comuniquen entre sí). Tener más dendritas supone almacenar y recuperar información más fácilmente. Incluso si tus neuronas están cubiertas por cabello blanco:
- Apúntate a cursos (idiomas, música, pintura, ajedrez, mus...).
- Lee el periódico todos los días, lee libros, lleva un diario.
- Mantente al día en tecnología. Aprende a manejar un ordenador y conéctate a Internet. Utiliza el correo electrónico.
- Apúntate a algún club, explora la vida cultural de tu Comunidad, acude a conciertos y al teatro.
- Enseña y comparte tus habilidades con otras personas.
Cultiva los lazos afectivos
Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard concluye que, para los mayores, los lazos afectivos –con familiares o amigos– son tan importantes como el ejercicio y la buena alimentación. Se sabe que mantener redes afectivas: a) Anima a buscar ayuda médica. b) Anima a adoptar comportamientos saludables, como dejar de fumar. c) Permite recibir expresiones directas de afecto, que aumentan la inmunidad. d) Supone tener ayuda cuando es necesaria (en labores caseras, transporte, préstamos...).
Márcate objetivos
Los objetivos nos dan razones por las que luchar y hacen que nuestra vida tenga significado y sea más excitante. «Es importante tener conciencia de lo que queremos conseguir en la vida y saber por qué estamos aquí», señala el Dr. Paul Takahashi, prestigioso especialista en Geriatría de la Clínica Mayo. «La gente que no se marca objetivos suele tener más problemas de salud, se encuentra más desplazada y se declara menos feliz». Takahashi sugiere hacer una «lista de prioridades», procurando que los objetivos potencien tanto lo corporal como lo mental y lo espiritual. «Las personas que se plantean objetivos se levantan por la mañana con mejor humor, y no acaban preguntándose: ¿Y qué he hecho yo en la vida?», explica este experto. «Además, esa actitud mejora las relaciones entre mayores y jóvenes y presenta a los mayores como individuos que siguen teniendo un papel activo en la sociedad».
Fonte: Plusesmas, 5 consejos para frenar el envejecimiento. Acesso em 01/05/2012.
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